jueves, 5 de marzo de 2009

¡APLIQUEMOS EN CHILE, LOS VALORES DE LAS EMPRESAS JAPONESAS!


En Japón, los japoneses hacen maravillas, pero allá es otro mundo” y se dice esto como si se hablara de Marte o la Luna, muy lejos de Chile.

“Quise aplicar aquí lo que aprendí en Japón, pero fracasé porque el chileno es diferente”, me contaba un viejo amigo. “A nuestra gente sólo le interesa saber quién le paga más y no siente lealtad por la empresa que sólo busca explotarlo”, se lamentaba con cierto dejo de frustración.

Ante los comentarios de mi estimado amigo, me he quedado pensando y reflexionando sobre el particular, por cierto me surgió la siguiente interrogante.

¿Realmente se pueden aplicar en Chile los valores de las empresas japonesas?

La pregunta me llevó a analizar los contrastes entre Japón y Chile, ante lo cual veo cuatro diferencias importantes: la educación, actitud ante la naturaleza, la religión y actitud ante la vida misma.

LA EDUCACION: En nuestro país se da mucho la educación instructiva, de conocimientos. A nuestros padres les preocupa el 6 o el 7 pero ¿y la educación formativa? ¿Que valores son los inculcados en nuestras escuelas y colegios? Entre los valores que tenemos que tomar en cuenta están: la honestidad, la puntualidad, y la limpieza. Esta educación se relaciona con la educación necesaria para un empresario de éxito.

Existen cuatro pasos para ser un empresario de excelencia. Estos son: el bien ser, el bien hacer, el bien estar y el bien tener.
1. El "bien ser": Honesto, puntual y disciplinado. Por ejemplo: en una sala de clases asisten como promedio cerca de 18 alumnos. Si como profesor llego 10 minutos tarde, estamos perdiendo 180 minutos en nuestro país, es decir 3 horas. Si asignamos el valor de 1 UF., esa hora, diríamos que cada vez que un profesor llega tarde se pierden 3 UF. Si dicho cálculo lo hacemos extensivo a todos los ámbitos del quehacer diario, obtendremos cifras con bastantes ceros. Por eso no se puede jugar con el tiempo y menos con el tiempo de las demás personas.

El principio fundamental del respeto: si no es tuyo debe ser de alguien. Si este lápiz te lo encontraste en un escritorio debe ser de alguien, entonces devuélvela. Si te encuentras un reloj o un anillo y no es tuyo, debe ser de alguien, si te encuentras una cartera tirada en la calle y no es tuya, debe ser de alguien y si te encuentras en una fiesta una señora, y no es tuya debe ser de alguien. Y si todos respetáramos todas estas cosas, viviríamos mejor. En algunas empresas en Japón no hay llaves en algún lado.

2. El "bien hacer": Haz las cosas bien. Si vas a hacer algún deporte hazlo bien, y si vas a estudiar hazlo bien y si vas a hacer el amor hoy en la noche, hazlo bien, entrégate.

3. El "bien estar“: Las personas que son un "bien ser" y dan a la familia y a su escuela más de lo que recibieron, llegarán a este paso, y quienes siguen estos tres pasos en este orden, tarde o temprano llegaran a lograr: 4. El "bien tener".

ACTITUD ANTE LA NATURALEZA: En cada acto importante de la vida planta un árbol: cuando te cases planta un árbol, cuando nazca un hijo tuyo planta un árbol, cuando entres a la enseñanza media planta un árbol, antes de cualquier evento realmente importante, planta un árbol. Si tu padre y tu mamá plantaron un árbol cuando naciste, a ese árbol que tiene ahora unos 20 años, a ese árbol lo quieres. Si, realmente sí, porque significa mucho para ti.

Pero si aquel árbol lo siembra el gobierno, me importa un comino y es el mismo. Es por eso importante que cada quien hagamos nuestras propias cosas, para que las amemos. Por eso, la juventud tiene que ser emprendedora. Nos quejamos de la contaminación y de la erosión de nuestros países, pero si cada quien plantara un árbol en cada momento importante de su vida, el país sería otro.

LA RELIGION: Una vez en un seminario le pregunte a un ejecutivo japonés: ¿cuál es la diferencia entre los trabajadores japoneses y los chilenos? Después que los japoneses terminaron de cuchichear, se levanto el jefe y les dijo: "Hemos visitado muchas empresas chilenas y creemos que el trabajador chileno es mucho más hábil, pero el día de hoy acabamos de estar en una feria y nos hemos dado cuenta por que las relaciones entre los obreros y la empresa son tan deficientes”. Lo que vimos en la feria, es que los dos pueblos son iguales: les gustan las peregrinaciones, las tamboras, los amuletos, los cohetes, etc., pero ustedes van a los templos a pedir y a esperar, y en el Shintoismo nosotros vamos a ofrecer. Por eso, nos hemos dado cuenta que los sindicatos chilenos presentan pliego de peticiones y los sindicatos japoneses presentan pliego de ofrecimientos. ¡Pequeña pero gran diferencia! ¿A que me refiero con pliego de ofrecimientos?

Si fabricarnos 1000 autos Toyota, ofrecemos el año entrante fabricar 1200 ¿Que ofrece la empresa? Tenemos 5% de errores en la producción, ofrecemos reducirlos al 3 % ¿Que ofrece la empresa? Y en base a esos ofrecimientos, las empresas japonesas han logrado un error “0”, “Calidad Total” y "Just in time" o "Justo a tiempo".

Con pliego de peticiones no es posible, pedimos mas días no laborables, mas vacaciones, mas aguinaldo, que nuestro cumpleaños nos lo paguen triple y no trabajarlo.

ACTITUD ANTE LA VIDA MISMA: El elefante del circo Águilas Humanas levanta la trompa y ¿por qué no se escapa siendo un elefante? ¿Por qué no es libre como los otros elefantes? Porque le pasa lo que a muchos de nosotros nos pasó cuando estábamos pequeños. A ese elefantito de pequeño lo tenían atado con una cuerda de la patita y él quería ser libre y jalaba y jalaba, quería ser libre. Se lastimó la piernita, le sangró y después le salió un callo y no solo en la pierna, sino también en la cabeza, de que "yo no puedo", y ya no puede.

Y así hay muchos jóvenes que llegan a tener 20 años y que ya son adultos y "ya no pueden", ¿Por qué desgraciadamente no pueden? Porque desde chiquitos estuvieron escuchando todos los días: eres un bruto, eres la vergüenza de la familia, eres un malcriado, siempre te reprueban. Entonces, ese joven llega, a ser grande y como el elefante, a determinada hora sale a trabajar, da las vueltas que tiene que dar, ni una más ni una menos, mueve la trompita, termina y se lo llevan a la paja y alguien le trae de comer.

Y así hay muchos empleados que nada más hacen lo esencial. ¿Qué deben hacer? Que el objetivo de hoy sea ser felices y disfrutar lo que hacen, prepárense para que su objetivo de vida no sea que den las seis de la tarde. ¡Qué triste!

Así, hay padres de familia, profesores, empresarios, que todos los días están creando fracasados. Pero también hay maestros, padres de familia, empresarios y jefes que todos los días están creando triunfadores. Es muy diferente, créanme, trabajar así. Tenemos que cambiar la mentalidad de la gente y de los jóvenes universitarios que tuvieron la dicha de ocupar un lugar en esta institución, y que son alrededor del 1% de los egresados de Enseñanza Media del país. Tenemos una obligación con Chile y nuestros antepasados.

Alumnos hoy, futuros profesionales mañana; ¿Por qué no crean sus propias empresas? Pero no se imaginen su primera empresa con dos hectáreas de largo, ¡No! ¡No! ¿Cómo empezamos todos los empresarios? Pues tenían capital. ¡No es cierto! Yo conozco a muchos árabes, israelitas, españoles, que llegaron a nuestro país con una mano adelante y la otra atrás, sin amigos, sin conocer el idioma y las costumbres, pero con una fe en sí mismos, en este país y trabajaron mucho y ahora son grandes empresarios.

El llamado milagro japonés no es una obra de la casualidad, sino que es el resultado de un esfuerzo colectivo basado en profundos valores, donde toda una sociedad trabaja por un mismo fin y si bien para muchos observadores parece muy difícil de imitar el éxito japonés, la verdad es que estos valores son de uso y aplicación universal.

Quiero terminar con un cuento, que dice así:

Había un bosque en el que vivían muchos animalitos. De repente este bosque se empieza a incendiar y todos los animalitos empiezan a huir. Solo hay un gorrioncito que va al río, moja sus alitas, vuela sobre el bosque incendiado y deja caer una gotita de agua, tratando de apagar el incendio. Va al río moja sus alitas, vuela sobre el bosque incendiado y una o dos gotitas de agua deja caer, tratando de apagar el incendio.

Pasa un elefante y le grita al gorrioncito: ¡No seas tonto! ¡Huye como todos! ¡No ves que te vas a achicharrar! El gorrioncito voltea y le dice ¡No!, este bosque me ha dado todo, familia, felicidad; me ha dado todo y le tengo tanta lealtad que no me importa que me muera, pero voy a tratar de salvar este bosque.

Va al río, moja sus alitas y revolotea sobre el bosque incendiado y deja caer una o dos gotitas de agua.

Ante esta actitud los dioses se compadecen de él y dejan caer una tormenta, y el incendio se apaga.

Y este bosque vuelve a reverdecer y a florecer, y todos los animalitos vuelven a regresar y vuelven a ser felices, más felices de lo que eran.

Estimados profesores y alumnos, yo comparo este bosque con mi Chile querido, tal vez estemos en un gran incendio, en crisis política, social, económica y moral; pero yo les pido a ustedes que todos los días dejemos caer una o dos gotitas de sudor y de trabajo. ¡Si así lo hacen!, Chile, se los agradecerá y Dios los bendecirá.


(*) Adaptado por James G. Johnson de la conferencia; "Los aspectos más importantes de la cultura empresarial japonesa", dictado por C.P. Carlos Kasuga Osaka, Director General de Yakult, S.A. de C.V.

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