miércoles, 4 de marzo de 2009

LA COMUNICACIÓN, FUENTE DE ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE EFECTIVO

Entendiendo la "enseñanza - aprendizaje", como un proceso en el cual intervienen y se conjugan una serie de unidades, las que tienen una estructura y un funcionamiento sistémicos, es decir, está conformado por elementos o componentes estrechamente interrelacionados, cuyo elemento central es el uso de una dialéctica que debe ser enriquecida en el aula. Este enfoque conlleva realizar un análisis de los distintos tipos de relaciones que operan en mayor o menor medida en los componentes del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Sin perjuicio de lo anterior, y sin desmerecer a muchos colegas, inicio ésta reflexión con una ídem respecto a la actividad que realizan al interior de las salas de clases; “Aquel docente que no es capaz de instar a sus alumnos a dar lo mejor de sí, en la mayoría de los casos es debido a que él mismo tiene muy poco que aportar y esa insuficiencia, se debe a que él mismo se preparó poco o dicho de otra forma, no hizo lo apropiado para entregar lo pertinente a sus alumnos”.
En tal sentido, el profesor debe prepararse “como guía y facilitador de recursos que oriente a alumnos activos que participen en sus propios procesos de aprendizaje”.
Es por ello, que los conocimientos y destrezas de los profesores son imprescindibles para iniciar cualquier cambio, para lo cual deben contar con los recursos didácticos y técnicos necesarios, entre los cuales destacan los siguientes:
- conocimiento de los tópicos abordados;
- conocimientos pedagógicos generales, teniendo en cuenta especialmente aquellos principios y estrategias generales de manejo y organización de la clase que trascienden el ámbito de la asignatura;
- conocimiento del currículo, con un especial dominio de los materiales y los programas que sirven como “herramientas para la gestión” del docente;
- conocimiento de los alumnos y de sus características;
- conocimiento de los contextos educacionales, que abarcan desde el funcionamiento del grupo o de la clase, hasta el carácter de las comunidades y culturas; y
- conocimiento de los objetivos, las finalidades y los valores educacionales, y de sus fundamentos filosóficos e históricos.
Lo señalado, no es posible de no existir un vínculo fuerte con los educandos, considerando que el docente, frecuentemente destina gran parte del tiempo en la sala de clases a dialogar, exponer, hablar, atender y en comunicarse con sus alumnos, pero si no emite los contenidos en forma clara y no percibe de manera efectiva a sus alumnos, sea cual fuere la estrategia de enseñanza-aprendizaje que aplique, no producirá el efecto deseado.
En lo que se refiere a la dinámica del aprendizaje, una de las principales habilidades que el docente debe desarrollar es la de comunicarse con efectividad. Poseer, la sensibilidad suficiente a los sentimientos de su grupo, ser empático con sus intereses y temores, propiciar el respeto mutuo, estar presto para atender las dudas y sobre todo infundir confianza para que el grupo pueda plantear todas sus inquietudes y expectativas y con ello el aprendizaje se dará en un campo fértil, obteniendo resultados insospechados y por sobre todo un grupo motivado.
Los nuevos tiempos requieren que el docente ejerza también como investigador, que participe para generar una ventaja competitiva de la institución para la que labora, y para ello debe desarrollar competencias de pensamiento estratégico y creatividad, entre otras. Además, dada la internacionalización de lo educativo, se hace necesario establecer redes de comunicación y alianzas estratégicas que implican exponer habilidades de liderazgo, comunicación efectiva, trabajo en equipo y negociación, elementos que otorgan fuerza al proceso de enseñanza - aprendizaje.
Finalmente, para posesionarse de un adecuado rol como docente, coherente con las metodologías y destrezas de nuestro tiempo, se hace imprescindible practicarnos un análisis autocrítico para estar al tanto de cómo estamos frente a los requerimientos del medio en que nos desenvolvemos y optar por decisión de capacitarnos, sacando el máximo provecho a estos espacios de reflexión que la institución nos está ofreciendo. El cambio no es fácil, involucra sacrificios, entrega, tiempo, trabajo y en algunos casos inversión; pero no podemos seguir repitiendo los mismos errores de toda la vida. Debemos infundir la confianza en nuestros alumnos quienes depositan en nosotros sus anhelos y deseos de superación, por tanto no podemos defraudarlos.

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